Nathan Necesita Una Chica, Lo Voy a Ayudar

Voy por el pasillo y escucho esos suspiros que hacen los chicos cuando se masturban, vienen de la habitación de mis padres, me asomo en silencio viendo a Nathan con la tanga de mi mamá enroscada en su polla a la que jala con todo entusiasmo, que mejor que unas fotos del momento, pero me da tanta gracia que no se de cuenta que me meto y flor de susto se pega. Quiere esconder las pruebas pero no lo dejo, al contrario, saco mis tetis afuera para que se inspire. Claro que tengo que ser sincera, hace unos días no tengo sexo así que voy a tomar provecho ayudando a este pervertido.
Se pone incómodo, pero no la suelta, cuando me ve bajar el shorts hasta las rodillas para dejar al alcance mi rosada entrepierna, atónito se queda así que debo invitarlo a penetrarme, uy, que dura la tiene, mientras entra y sale se me viene a la cabeza el loco pensamiento de invitarlo a meterla en el culo. Allí me detengo, le ordeno que me haga un anal, otra vez se queda sin saber que hacer, ya me oíste repito y se anima. Si hubieran visto la expresión, parecía que se acabaría allí nomas, por eso luego volví a hacerlo por delante porque yo quiero mi orgasmo.
Recostado en la cama me subo de reversa, se ve que ver mi trasero lo calienta mucho pues se puso recontra dura, luego de frente disfruto como una cerda la curvatura que me da en el punto exacto donde mas me gusta. Cuando acomoda la cara en sábanas siento que todavía es mucho mejor en esa posición y aquí vino el problema, estoy gozando tanto que no me doy cuenta que se iba a correr dentro mio.