Rose está contenta hoy, pues en cuanto llegue el novio van a salir de vacaciones, tiene todo listo, hasta las valijas ha armado y emocionada espera en la puerta para salir enseguida, sin embargo, él le dice que han surgido cosas inesperadas en el trabajo y deberán suspender. Aquí el humor de la cubana se transforma en odio rotundo, está enojada y de alguna manera consigue encerrarlo en el baño. Allí se puede ver esa expresión de furia como también la sorpresa que tenía preparada pues un descuido de falda deja ver la falta de ropa interior.
Callate sino vas a estar allí todo el día le dice en su idioma natal, pero lo que este tipo ignora es que quien está sujetando la puerta es su hijo que está con los pantalones bajos proveyendo la herramienta de venganza a esta culona que se entusiasma mamando. La justada minifalda va a desaparecer como el top que tapaba esas suculentas tetas que empiezan a temblar mientras de parada sacude a discreción.
Pero todo se torna incómodo por lo que irán rápido a la habitación, que tras cerrar con llave, los dejará disfrutar tranquilos, aunque el cornudo se ha liberado y los golpes de puerta interrumpen tan placentero momento a cada instante. Sin embargo solo apelan a hacer silencio dejando que rebote para sacar su frustración haciendo que las nalgas se conviertan en protagonistas indiscutibles. Esto es una clara lección para aquellos que piensan que las latinas son mujeres tranquilas a las que pueden hacer ilusionar sin darle lo que esperan.
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